miércoles, 6 de junio de 2018

RESUMEN DEL TALLER: TEJER UNA RED NO SEXISTA ENTRE NIÑOS Y NIÑAS


C.E.I.P. Eugenio María de Hostos. Madrid 22 de Mayo de 2018
Carmen Arroyo Mansera. 
email carmenarroyomansera@gmail.com


Buenas: 
Quería agradeceros la oportunidad que me habéis dado de compartir con vosotros el espacio de vuestros talleres. El debate que generáis, como siempre, es muy interesante. Realmente no dio tiempo a debatir sobre todos los contenidos que abordamos, por lo que quería dejaros un pequeño resumen. Así también quien no haya podido asistir puede estar al corriente de las conclusiones a las que llegamos.
Tal y como dijimos en la presentación, el objetivo era hablar de los “factores de protección” que podemos proporcionar a nuestros hijos frente a la violencia de género, tanto a los niños como a las niñas; es decir, aquellos aspectos que les van a dar recursos para poder evitar el reproducir las agresiones de género y si las sufren, que nos les produzcan daño.
El punto de partida fue plantearnos cómo tanto las niñas como los niños adquieren, a lo largo de la infancia, una imagen social ridiculizada de “ser chica” y “ser mujer”. Así se evidencia tanto en muchos ejemplos que vivimos en la vida cotidiana como en numerosos videos que encontramos en “youtube”, también en chistes, en afirmaciones y generalizaciones.


1ª PARTE
Vimos cómo niños y niñas se van formando una idea de ellos mismos desde que nacen, a través de los mensajes que reciben, cómo les hablamos, cómo les vestimos, los modelos que les transmitimos. También vimos que la agresión de género se produce cuando dos personas se relacionan desde la desigualdad y la jerarquía entre ellos, de esta manera se hace posible las relaciones de dominio y sumisión. EL SEXISMO SE APRENDE EN LA INFANCIA, LA IGUALDAD TAMBIÉN (M. José Díaz Aguado).



FACTOR DE PROTECCIÓN PARA NIÑOS Y NIÑAS
QUÉ PODEMOS HACER: DIALOGAR CON ELLOS/ELLAS Y ESCUCHARLES
Una imagen de sí mismos y una autoestima positiva, adecuada y realista, probablemente tendrá menos necesidad de “estar por encima de los demás”, igualmente será más difícil que acepten un papel de sumisión

ESPEJO: Si los adultos devolvemos una imagen positiva al niño, a la niña, si se sienten queridos y escuchados, si tenemos en cuenta sus sentimientos cuando les regañamos y lo hacemos en privado para no dañar su imagen pública… etc., les ayudaremos en su autoestima.
Si no les ponemos etiquetas negativas “este niño o niña es…”, probablemente no se verán abocados a reproducir esos mismos comportamientos negativos. Si no les etiquetamos les dejaremos ser ellos mismos.
ETIQUETAS: Evitar el “este niño o niña es…” ya que esas palabras que decimos desde que nacen, van marcando sus comportamientos y su futuro. Si no les ponemos “etiquetas”, les dejaremos ser como realmente quieren ser.
Nosotros no nos damos cuenta de ello, son cosas que hacemos sin ser conscientes.
Los niños y las niñas aprenden imitando y tomando los modelos que ven. Si viven entre adultos igualitarios probablemente no van a reproducir este tipo de relaciones en el futuro.
MODELO: Los padres somos el principal modelo de nuestros hijos. Si revisamos nuestros modelos de relación y de “ser hombre” y “ser mujer”, podremos encontrar nuestras propias contradicciones para cambiar y mejorar.
Los modelos de referencia femeninos y masculinos y las relaciones entre las personas que transmite la publicidad, el cine etc., son altamente sexistas y no igualitarias; muestran a la mujer hipersexualizada, y su cuerpo como un objeto de consumo. Si conseguimos neutralizar estos mensajes, las niñas y los niños probablemente crecerán más igualitarios.
ANALIZA: Podemos exigir a la sociedad a los políticos etc. Pero también, y sobre todo, podemos analizar estos aspectos con nuestros hijos e hijas, criticarlos, estimular su espíritu crítico ante las cosas que ven, el consumismo…
Un niño, una niña que tiene capacidad de ponerse en el lugar de los demás y de captar su sufrimiento (empatía), probablemente no querrá hacer sufrir a sus iguales.
EMPATIA: Si nosotros mostramos empatía hacia las personas que nos rodean, nuestros hijos e hijas nos van a imitar.
Cuando tienen un comportamiento que produce dolor a otro niño, podemos ayudar a reflexionar sobre ello para que puedan aprender las consecuencias de lo que hacen.
A los niños y las niñas les da seguridad los límites que les marcen el camino a seguir en su andadura hacia el mundo adulto y ésto les protege, les ayuda a autorregularse, aprenden a decir no, sus derechos y también sus deberes. Los niños y niñas que crecen con límites claros y coherentes, probablemente tendrán más seguridad en sí mismos, tendrán menos necesidad de “quedar por encima de otros” y no aceptarán situarse en posición sumisa.
LIMITES: No debemos tener miedo a poner límites, claros y coherentes, que permitan a ellos y a ellassaberun camino a seguir, las consecuencias y nuestra reacción cuando no respeten dichos límites.

Los niños y niñas que no se sienten obligados a “ser el primero”, “ser la mejor” viven lo que les va sucediendo con más tranquilidad, se sienten menos estresados. Probablemente serán menos competitivos y tratarán mejor a sus compañeros y compañeras porque no se sentirán empujados a “machacar a nadie” para sobresalir.
AUTOESTIMA: Es bueno que ajustemos nuestras exigencias a sus capacidades. Que comprendamos sus fracasos, que cuidemos su autoestima.
Los niños y niñas que van evolucionando en su desarrollo moral y ético a través de la reflexión van interiorizando el sentimiento de necesidad de justicia que, probablemente, les llevará a tratar mejor a su entorno.
ACOMPAÑAR: Es bueno que les ayudemos y acompañemos en esta evolución, siempre echándoles una mano para que reflexionen según su nivel de desarrollo cognitivo.
Los niños y niñas que aprenden a manejar los conflictos, probablemente manejarán mejor los problemas que se les plantean en la vida.
ESCUCHAR: Cuando nos cuentan sus problemas con otros niños y niñas podemos ayudarles a reflexionar en la búsqueda de soluciones alternativas a la vía agresiva, que es la más fácil.
Las niñas y niños que viven en un entorno que rechaza, de forma expresa, toda forma de violencia, probablemente serán más críticos con ella.
RECHAZO A LA VIOLENCIA: La vida diaria les muestra continuamente situaciones en que hay personas que utilizan la violencia en alguna media. Podemos estimular la crítica y manifestar nuestro rechazo hacia toda forma de violencia


Para identificar estos aspectos utilizamos pinceladas de distintas teorías del desarrollo del niño que os pongo aquí por si alguien quiere profundizar sobre ellas: Teoría de la mente y neuronas espejo (para analizar cómo se produce el proceso de imitación), la Teoría de modelaje de Bandura (para analizar la adquisición de “modelos”), la Teoría de sistemas de Bartalanaffy (para analizar las relaciones familiares y la familia como grupo de individuos), el Psicoanálisis (para analizar el poder de la palabra de los padres en la vida del niño, las “etiquetas” y los límites), el nivel de desarrollo Moral de Kohlberg (para analizar cómo van organizando su sentido ético), Teoría del desarrollo de Piaget (en relación con el desarrollo moral).


2ª PARTE: 
En una segunda parte vimos los resultados de un estudio cualitativo realizado en la Comunidad de Madrid entre 2009 y 2010, fue un estudio grande y riguroso; aunque han pasado 8 años desde entonces, sigue siendo válido en sus conclusiones: “Violencia de Pareja hacia las Mujeres en población adolescente y juvenil y sus implicaciones en la salud”. En él se utilizó una metodología cualitativa y se formaron grupos de discusión y entrevistas en profundidad que se llevaron a cabo con adolescentes entre 12 y 17 años. De esta forma se recogió lo que los chicos y las chicas piensan de la violencia de género, sus percepciones, el grado en el que se sienten afectados, qué aspectos de la violencia identifican como tal etc.
Vimos las concepciones que los chicos y las chicas mostraban de la violencia de género. Ambos grupos se definen como personas que han crecido en relaciones igualitarias. Los chicos perciben la violencia de género como algo ajeno a ellos, concerniente al mundo adulto y solo identifican la violencia física, viéndola como un acto cobarde (ya que se ejerce realiza hacia un ser más débil), sin identificar otros tipos de violencia. Sin embargo, las chicas sí se sienten vulnerables ya que a cualquiera de ellas le podría suceder. Son conscientes de que la mujer que sufre violencia de su pareja, para evitar la violencia física, se ve obligada a llevar una tipo de vida que la anula como persona, y esto les escandaliza. Por todo ello son más receptivas a las intervenciones de prevención. Chicas y chicos, piensan que el hombre que ejerce violencia tiene algún desequilibrio personal, mental o familiar que le lleva al descontrol.
A través de toda esta información se identifican las líneas de prevención en los distintos grupos de edad que están especificadas en el documento.
En nuestro taller nos hemos centrado en los resultados obtenidos de la etapa de LA NIÑEZ, EL PERIODO DE EDAD DE 7 A 11 AÑOS.
A esta edad, si uno observa a los niños y niñas jugando en el patio del colegio, en el parque… vemos que los grupos de niñas y niños dejan de jugar juntos y, de toda la vida, los niños “se han metido con las niñas” a esta edad, “las han chinchado”. En los juegos en los que se emplean aspectos físicos las niñas siempre salen perdiendo. Empiezan a aparecer las expresiones despectivas “hacer las cosas como una niña” el insulto “nenaza” o similar, etc. Los adultos vemos estos comportamientos como “cosas de niños” y como algo normal, “siempre ha sido así”. Igualmente es frecuente que comiencen a segregar a los niños que por alguna razón tienen algo de diferente. Algo que resulta llamativo: que se metan con las niñas parece normal, sin embargo que se metan con los niños por “la diferencia” nos escandaliza.

En este estudio, al analizar lo que los chicos y las chicas iban relatando acerca de las experiencias que tuvieron a esa edad, se observó que esta edad ha sido clave para ambos en su manera de interiorizar el “ser chico” y el “ser chica”. En el relato de ambos se observa se va desarrollando este proceso, de separación entre los grupos de niños y los de niñas. En los juegos infantiles masculinos altamente competitivos, en los la fuerza física es lo que tiene mayor importancia, tanto las niñas como los niños que no son capaces de lucirse van a sufrir burla. Si la chica supera al chico, la burla es mayor por parte de éste, por la “afrenta”. Esta burla hacia “las niñas en general”, por el hecho de ser chica, supone una desvalorización del “ser chica”. En el discurso de las chicas se observó cómo esa forma infantil de relacionarse chicos/chicas, en las que han sido menospreciadas les ha producido daño. A esta desvalorización hay que unir la imagen de chica y de mujer que van percibiendo de la sociedad, de la publicidad del cine, etc. en un momento en que los niños son “esponjas”.

Así las chicas se refugian en el grupo femenino como espacio de no agresión, desde la palabra. El grupo de chicas ampara también a los chicos desintegrados del mundo masculino (que no se ajustan la competitividad). El grupo de chicas es la antítesis del grupo masculino.

Resulta curioso que estos chicos y chicas han vivido en familias y coles que se han planteado las relaciones igualitarias y ellos mismos se definen como generación del trato en igualdad.
Insistimos que tanto niñas como niños repiten este esquema de forma no intencionada, probablemente porque “siempre ha sido así”, porque han visto a los chicos y chicas mayores hacerlo antes, porque se les deja que lo hagan. Pocos adultos les corrigen en estos comportamientos de niños hacia las niñas, porque está normalizado.

Analizamos algunas de las características de los niños y niñas a esta edad para buscar claves que nos puedan ayudar a pensar lo que podemos hacer.
  • Etapa de las operaciones concretas (de 7 a 12 años) comienza a desarrollar la lógica pero desde lo concreto, empieza a abandonar el egocentrismo
  • Hacia los 9-10 años empieza el pensamiento analítico hace suyas las normas, aparece la conciencia y la moral, todo ello junto con la lógica le ayudan a manejar “los instintos”
  • Es la segunda época de los porqués
  • La realidad empieza a ser entendida por partes, pero no de manera global
  • Observan y hacen críticas
  • Empiezan a construir su imagen/concepto de sí mismo: autoestima privada.
  • Hacia los 8-9 años aparece el segundo pico de petición de autonomía
  • En cuanto al desarrollo moral a esta edad están evolucionando en estas etapas:
    • ETAPA 2 : Se mueven para obtener algo a cambio (elogio también vale)
    • ETAPA 3 hacia los diez años: Comportamiento bueno y generoso solo hacia su grupo de amigos, familia
    • ETAPA 4 el grupo de amigos impone normas no justas, arbitrarias

Como vemos, a estas edades el desprestigio público y en grupo produce un gran daño en el niño o niña que lo recibe, porque en esta edad van consolidando la imagen y concepto de sí mismos, de cómo ser “chica” y cómo ser “chico”. También es una edad en la que, a través del razonamiento se les puede ayudar a la autorreflexión y la crítica de los actos propios y de los demás. Desde el punto de vista ético los niños y niñas que producen agresión a otros están evolucionando en su lógica y razonamiento, todavía no están cuestionando las normas duras y arbitrarias que imponen los grupos.

Evidentemente los niños y las niñas no son conscientes de este proceso. Evidentemente también, no todos los chicos tienen este tipo de comportamientos. Los chicos cuando “chinchan” a las chicas no lo hacen con el objetivo explícito de agredirlas (a veces sí…). Pero lo cierto es que esta forma de relacionarse entre ellos daña, claramente, a los niños y niñas que no entran en los cánones de competitividad/agresividad del mundo socialmente “masculino”

El trabajo señala como agresión de género a trabajar a la edad de 7 a 11 años la de “chinchar a las niñas”. En esta línea debería involucrarse las familias, la comunidad escolar y la sociedad. En el taller debatimos qué podríamos hacer cada uno, este tema debería formar parte de las preocupaciones de familias y profesores, estableciendo una estrategia para abordar estas actitudes que están “normalizadas” y, por tanto, aceptadas en las relaciones entre niñas y niños. Como conclusión final diríamos que se hace necesario TRABAJAR PARA EL BUEN TRATO ENTRE NIÑOS Y NIÑAS.



Las conclusiones del estudio que os he traído están sirviendo para establecer las estrategias y líneas de trabajo en la prevención de la violencia de género. Os dejo el folleto que la Consejería de Sanidad ha elaborado dirigido a la comunidad escolar.

Por mi parte dejo la puerta abierta por si queréis que, más adelante, continuemos analizando otros aspectos, otras edades... Os he dejado mi dirección de correo electrónico por si alguien quiere contactar conmigo.

Os dejo la referencia de los dos trabajos (el que he mencionado antes y otro más) que son de acceso público en internet, en páginas oficiales de la Comunidad de Madrid, por si alguien quiere leer más.

  • Violencia de Pareja hacia las Mujeres en población adolescente y juvenil y sus implicaciones en la salud. Realización Luis Seoane Pascual. Dirección y supervisión Servicio de Promoción de la Salud
  • Prevenir la violencia de género desde la escuela. María José-Díaz-Aguado. Catedrática de Psicología Evolutiva y de la Educación. Universidad Complutense de Madrid.


Un saludo, 
Carmen Arroyo Mansera. 
email carmenarroyomansera@gmail.com
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